Ansío del reflejo de tu cara en mí,
Nuestros cuerpos se estremecerán,
Tus manos posadas en mis pechos,
Oiré la música de mi cuerpo.
Haciéndome sentir,
Lo que no esta escrito en ninguna partitura.
Beberé el néctar de tu saliva,
Gozaremos los dos juntos entre gemidos y risas,
Desafiaremos al tiempo, no habrá prisas,
Olvidaremos vidas pasadas y por vivir,
Entregándonos a esa orquesta de sonidos,
Aunque no sepamos muy bien como se llaman,
Llamémosles las risas de Nuestra almas.
Ana G.
©
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