Imagen de Gustavo Pujalte
En su andadura por toda la casa, vio una figura moverse de una estancia a otra. Más allá de llamar a Felipe cogió un atizador de la chimenea y se fue para ver quien era el intruso que se había colado perturbando su sueño.
En esos momentos vio una mujer con un vestido blanco inmaculado, de cabellos rubios y una túnica azul cubría sus hombros. Quedó paralizada ya que ella esperaba a un hombre que tal vez quería robarles.
No pudo reaccionar, con lo que la mujer de cabellos rubios se acercó a petra y sin mediar palabra la arañó en toda su cara diciéndole que jamás volviera a ponerle una mano encima a Judit. Si vuelves a pegarle volveré y juro por Dios que no solo te arañaré.
Petra no era mujer que se dejaba intimidar, pero asustada y temblando se fue a su habitación. A la mañana siguiente Petra tenía su cara marcada con arañazos. No le dijo nada a Felipe de lo ocurrido, pero miraba a Judit y no se atrevía ni tan siquiera a acercarse a ella.
Esta malvada mujer jamás se atrevió a ponerle la mano encima a Judit.
Una vez más una madre hace todo cuanto esta en este Mundo y en cualquiera para proteger a su hija.
Fin
2 comentarios:
Una madre es para siempre, incluso después de la misma muerte.... El amor más generoso e incondicional que existe.... Besos
Antoñi
el amor de madre, es inmenso!!!!!!!
gracias por compartir tus escritos.
besos
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