Quisiera rozar con pétalos
de rosas blancas
tu deseado sexo.
Hacer un altar no con solo
tú imagen; sino con tú
cuerpo y así poder amarte
cuanto yo deseo.
Rociar tú piel
con aromas a
perfumes e inciensos que
me hace venerar
tú magistral cuerpo.
Si me lo pidieras
te bajaría una estrella
o todo el firmamento.
Aunque seguro
que sentirían celos
de este amor
tan grande
que te proceso.
A.G.