Hoy día
veinticinco de Julio hace dieciséis años que mi madre falleció y por cosas de las
casualidades de la vida, le dimos sepultura mañana día veintiséis, justo el día
de nuestro Santo. ¿Casualidad?...
Pero es
mentira, para mí no hace dieciséis años, ya que el tiempo en este plano es
relativo. Para mí fue ayer cuando se fue
de mi lado. Y aunque la echo muchísimo de menos, me ha dejado el mejor legado,
luchar y luchar por conseguir lo que se desea. Esa fuerza de espíritu que he
heredado de ella, es mi mayor regalo hacía ella. Y este dónde esté, estará
orgullosa de que casi, casi, lo he logrado. Te quiero mamá.
¿Por qué?
Llena de vida y sin desearlo
te fuiste,
Madre. Te llevaste contigo mi
único
y verdadero gran amor, el
tuyo.
Desgarrada toda esperanza,
olvidaste llevarme contigo.
¡Ay, madre qué hago sin ti!
Cómo voy a vivir sin el mirar
de tus ojos,
Sin tus manos que me dan
sostén.
Vivo sin vivir, Madre.
Con este dolor que merma mi
vida,
no vivo, más se rompió mi
corazón.
El mayor de mis pesares,
el vacío más grande.
Mis lágrimas no te harán
regresar,
pero sigue mi corazón
llorándote, Madre.
voy de aquí para allá,
desesperada…
y como un esperpento,
vago sin darle importancia a
nada.
El cielo y la tierra ya no
tienen sentido
¡Qué tristeza más grande
alberga mi existir,
Y qué cruda y amarga realidad
¡Madre!
Seguir viviendo sin ti..!
Dedicada a la mujer que me
dio la vida.
Mi madre. Te quiero mami.
Del libro "Naturalmente Enamorada"