Ahora eres esencia para los mortales y
una luz que nos
guiarás a través
de la oscuridad
mundana.
Dedicada a mí
querida y admirada amiga Isabel Seoane
Cuando muera
No quiero llantos ni penas,
el día que yo muera. No quiero flores
que al cortarlas marchiten
su delicada belleza.
Tampoco coronas que os recuerde
que he muerto, porque en realidad
no será cierto.
No quiero un recuerdo
triste de mi vida, como tampoco
palabrerías de última hora,
de lo buena persona que fui.
Ni comentarios efímeros de
¡qué corta es la vida!
Porque si he muerto,
es que mi hora ha llegado.
Recordar con alegría,
mis ganas de vivir la vida.
Recordad mis palabras
de amistad, de amor,
de sinceridad, difundidas a través
de mis actos y escritos.
El cariño que de corazón os di.
Recordar mis ojos iluminarse
con tan sólo una sonrisa vuestra.
Estoy segura que ello os dará
fuerzas para seguir, en vez
de llorar por mí.
Me iré feliz y alegre por haber
Compartido con vosotros,
un tiempo de amistad, de ternura,
de entrega. De haber sido, tú esposa,
amante o simplemente amiga.
Eso, sólo eso, me hará feliz.
Y recordad ante todo que,
aunque os digan que he muerto,
no lo creáis.
Mientras me recordéis,
seguiré en vuestros
corazones, más viva
que nunca.
Ana Giner
©
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