Respetar y el saber estar. Es mi lema para vivir de frente la vida. Amo a los animales por encima de muchos humanos. Casi siempre me dejo guiar por el corazón, aunque me lleve muchos disgustos, pero no me importa, prefiero ofrecer amor incondicional, que pasar por la vida sin ofrecer nada. Soy amiga de mis amigos y los defiendo con la mejor arma que tengo, la sinceridad y verdad. Aun no siendo rencorosa y perdonar con facilidad, aparto sin temblarme el pulso, a las personas toxicas y que traicionan mi amistad. Si no te gusta mi manera de pensar, si no eres defensora/ or de los animales; no me interesas ni como humano, ni como amigo. Te agradecería que me borraras de tus amigos y salieras de esta página.

sábado, 17 de julio de 2010

El adonis





Maquillaje, sombra de ojos, polvos compactos,
rimel, perfilador, carmín, secador, gomina, laca, cera, y un sin fin de cositas
para vernos más guapas.


La estética ha dado un cambio radical (gracias a
Dios) tanto en hombres como en mujeres. Hoy en día no es descabellado ver a un
hombre cuidarse, al contrario, más le vale que lo haga. Depilación láser,
retoques, cejas pecho, piernas etc., depiladas, cremas faciales y para el
cuerpo. Lo mismo que hemos hecho nosotras a través de los años, ellos se han
dado cuenta que pueden y deben cuidarse. El hombre envejece más rápido que la
mujer, no lo digo yo, sino que hay un sinfín de estudios que avalan este hecho,
con lo cual ha venido muy bien que la mente masculina cambie en este aspecto y
en cuanto al concepto de que arreglarse no es sinónimo de otra cosa que de
querer sentirse mejor consigo mismo y después con los demás.


Pero todavía hay que cambiar hábitos. El deporte,
uff, agotador ¿verdad? queda para los más jóvenes y ello hace que a partir de
una cierta edad la tripita aparezca nada. Tal vez se cuiden, pero la gravedad
hace de las suyas, olvidándose lo guapos y planos que estábamos a los vente o
treinta años. 


Un amigo mío me decía el otro día comiendo, que no
merecía la pena cuidarse, que tal y como estaba tenían que quererle. Cierto.
Tiene que querernos tal y como estamos pero no con el flotador y la barriguita
caída, le dije, ya que con un poco de ejercicio parece que engañemos a la
gravedad y nos encontramos mucho mejor y así podamos ofrecer un mejor aspecto a
los demás. A las mujeres nos gusta que el hombre se cuide, y cómo no miramos
también a los demás hombres tal y cómo hacen ellos, las comparaciones son
odiosas, pero todos las hacemos y  es
mucho más agradable ver a un hombre que se cuida con su vientre plano que
siempre aparentará  menos edad que con el
flotador y barriguita caída a cuesta. Así ambos, al miremos al espejo nos damos
el gustazo de decirnos, ¡Que bien me veo!


¿Qué opináis vosotras?





A.G.







lunes, 12 de julio de 2010

Herida







Herida
grave que me dejas


al
marcharte de mi lado,


muerte
anunciada y no


comprendida
de este gran amor.





No
tengas remordimientos,


así es
el juego del amor, caprichoso


y
egoísta, algunas veces pendenciero


y casi siempre
traidor.





Aunque
tardará en curarse esta herida


no voy
a permitir que nadie me cambie


por esta
vil y engañosa traición.





Lloraré
en los brazos de la vida,


y como
siempre ocurre en estos casos


volveré
a creer en el amor.





Poema inédito de Ana Giner.



viernes, 9 de julio de 2010

Jamás








Yo que nunca pensé en conocerte.


Yo que a mis años ya no 


pensaba en el placer. 





Yo que por no pensar no pensaba ni deseaba. 





Yo que cansado de pensar y desear, 


dejé de hacerlo.





Ahora no importa que estés o no estés


junto a mí.





Tan sólo con pensar en ti, siento por 


cada poro de mi piel,


lo que jamás nunca pensé ni deseé.





Dedicado a ella.


  Gracias amigo por tan bellas palabras.







viernes, 2 de julio de 2010

Podría decirte……


























Podría
decirte que necesito tus caricias,


podría
decirte que extraño tu cuerpo,


que
necesito tus besos ardientes,


tu
lengua húmeda explorándome sutilmente,


susurrándome
entre dulces gemidos que me deseas.





Podría........


tal
vez podría.





Podría
decirte que mi vida quedó vacía sin ti,


podría
decirte que ya no me importas,


que
me dejaste sola y en tu ausencia te sustituí.





Podría
decirte que son ya de otro las caricias,


que
otro cuerpo me posee y me domina.


que
otras manos me acarician con ternura,


temblorosas
por miedo a que me rompa.





Y
sin voluntad, me
abandono


y él me vuelve a tomar,


y
que aunque sus besos no son como los tuyos,


consigo
olvidar.





Y
solo te estaría diciendo la verdad.





Pero
podría decirte tantas cosas...... podría....


tal
vez podría.





Que
acabaría diciendo que te amo,


y
eso amigo mío, nunca, nunca,


ya
lo repetiría.




miércoles, 30 de junio de 2010

La enfermedad fantasma y de la nada.















Era una mujer con la sonrisa


siempre en los labios,


era feliz, alegre, activa y risueña,


agradecida con la vida,  


intento seguir  siéndolo.





No se en que momento todo eso cambió,


no se el motivo ni las circunstancias


por las que cambiaron mí vida,


tan solo se que hoy aun queriendo,


no puedo moverme.





Mis músculos están agotados,


tampoco se el motivo, tan solo sé


que me duele todo el cuerpo.





Estoy cansada, muy cansada,


demasiado cansada para cabrearme


contigo ni con
nadie y mucho menos


conmigo misma.





Me molestan los ruidos, 


los olores me dan nauseas y me marean,


voy dándome golpes sin darme cuenta,


las discusiones hacen que mí cuerpo tiemble,


las tensiones me pasan factura


doliéndome más mi cuerpo si cabe.





Quiero, deseo hacer cosas,


mí cerebro trabaja, está activo,


quiere hacer esto y aquello, ir aquí, allí,


pero me desespero porque mí cuerpo


no me obedece. 


Deseo estar entre tus brazos


y que me hagas el amor, pero


esa energía la necesito para mí.





¡Que alegría más grande!


Hoy puedo levantarme,


hoy puedo ducharme,


hoy puedo salir a caminar,


pintarme los labios ir de cena


incluso hacer el amor.





Hoy puedo hablar sin cansarme tanto,


hoy me dices, ¡Que guapa estás!


pero te pido por favor que no me juzgues,


si mañana no tenga fuerzas para hacerlo.





Si nos encontramos algún día de compras


no creas que ya me he curado,


¡Que más quisiera yo!





Hoy puedo escuchar tus conversaciones y


llorar o reír contigo, no te enfades conmigo,


si mañana aun sabiendo que estoy en casa no puedo


ni abrirte la puerta ni descolgar el teléfono,


no es porque no quiera, es porque no puedo.





Sigo viviendo cada día ilusionada


con que alguien encuentre una cura


a esta devastadora e incapacitante enfermedad


que merma poquito a poco mí vida. 





No soy una enferma, soy una luchadora


que cada día lucha para encontrarse bien


y demostrarme a mi misma que sigo siendo persona.





No deseo dar pena ni lastima,


no soy una enferma, soy una superviviente,


soy una luchadora nata,


aunque a ti, no te lo parezca.





Ana Giner Clemente