El día 14 de enero, te fuiste, Amparo, mi niña guapa.
Nos has dejado a todas tus amigas, y familia, desoladas, no nos lo creemos, es tan increíble que ya no te vamos a volver a ver, que se hace añitos el corazón y desgarrada las entrañas. No sé cómo vamos a gestionar este trago que la vida nos ha deparado.
Lo que sí sé, donde estás, te llevaran entre algodones y también sé, que, con tus bromas, esas que tú sabes, vas a volver locos a los propios Ángeles. Esa casa estilo barraca Valencia, tendrá que esperar, la compraremos, pero será en otra vida, seguro. Eres la luz que guiará nuestro camino, hasta el fin de nuestros días.
Gracias, ángel mío, por formar parte de mi vida y dejarme que yo formara parte de la tuya.
Te quiero y te querré siempre.
Vuela cariño mío, vuela alto y libre.
Ana G.C